sábado, 29 de abril de 2017

Los Arribes del Duero, el fiordo español

Situado al oeste de las provincias de Zamora y Salamanca, en la región donde el Duero hace frontera con Portugal, retorciéndose y encajonándose en profundos barrancos y cañones de casi un centenar de metros, se encuentra la comarca de Los Arribes. El territorio está catalogado como “Zona de especial Protección para las Aves (ZEPA)” desde 1990. Un espacio natural privilegiado en el que destacan la belleza agreste de su paisaje Granítico y una rica y variada fauna y flora.
Tiene una superficie de 106.105 ha, 180 cañones fluviales, y en su interior se incluyen 37 municipios de Zamora y Salamanca, con 17.000 habitantes en total. Además, en el lado portugués, se continúa con el Parque Natural do Douro Internacional desde 1998, con una extensión de 85.150 ha. Ambos espacios conforman una de las áreas protegidas fronterizas más extensas de la Unión Europea.
Sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero, Huebra y Uces. En el cañón de este último se localiza una de las cascadas más bellas y espectaculares de toda la Península: el Pozo de los Humos, donde el agua cae desde más de 50 metros.
Dentro de los límites del espacio se localiza una interesante y bella localidad: la villa de Fermoselle. Tras contemplar los restos de su recinto amurallado y las portadas románicas de la iglesia de la Asunción, hay que recorrer sus estrechas y empinadas calles a las que se abre un bien conservado conjunto de arquitectura popular.
La ganadería y agricultura en Los Arribes del Duero son la base de la economía local. El patrimonio histórico que mantiene la zona es muy rico, como corresponde a un lugar de paso de diversas culturas. Desde los castros celtíveros, los puentes y calzadas romanas, las ermitas e iglesias cristianas, y más cercanos en el tiempo, los embalses del Duero.
Elementos singulares son los cigüeñales para sacar agua, las norias, los telares... pero la gran protagonista es la piedra de granito, que aparece en cada elemento de la arquitectura popular: viviendas, corrales, chozos o casitas, chiviteros, pajares, bodegas, paredones de bancales, paredes de cortinas, molinos harineros, batanes, palomares, fraguas, almazaras, pontones, potros de herrar, fuentes, pilas para regar o beber el ganado, pozos, cruceros, lagares...
Vegetación
Este Espacio Natural se caracteriza por unas peculiares características topográficas, correspondientes a un valle encajado, resguardado de los vientos y con mucha insolación, lo que se traduce en una temperatura media anual suave, la inexistencia de heladas a lo largo del año, y unas ciertas condiciones de humedad (precipitación media en torno a los 700 mm/año).
Todos estos rasgos dan lugar a una riquísima comunidad vegetal, caracterizada por la gran abundancia de especies típicamente mediterráneas, donde destacan cultivos impropios para esta latitud como: olivo, vid, almendro, frutales. Junto al "arribe" propiamente dicho, aparece la penillanura, destinada al cultivo del cereal, principalmente centeno. Cuando la tierra de labor ha sido abandonada, se cubre con el matorral en el que se intercalan enebros, encina, quejigos, alcornoques, acompañados de gramíneas y labiadas.
Fauna
Los cortados y las formaciones de roquedos de las márgenes fluviales resultan el biotopo más característico de este Espacio Natural, donde se localizan las especies de mayor valor faunístico que se corresponden con las aves, especial relevancia adquieren buitre común, águila real, águila perdicera, cigüeña negra, alimoche, halcón peregrino, sin olvidar otras especies de interés como águila culebrera, águila calzada, búho real, chova piquirroja, vencejo real, roquero solitario, collalba rubia... Destaca también la presencia de una gran riqueza de peces (barbo, carpines, bermejuela, boga, colmilleja, etc.), reptiles (lagarto verdinegro, eslizón ibérico, culebra de herradura, lagartija colirroja, etc.) y mamíferos (nutria, garduña, gineta, jabalí, zorro, etc.). Por el contrario la comunidad de anfibios está limitada por la escasez de agua, siendo abundantes especies como el tritón jaspeado, tritón ibérico, rana común, sapo corredor o el sapillo pintojo.
También hay que hablar de las razas de ganado autóctonas, como las vacas sayaguesas, morucha y alistano-sanabresa, el asno zamorano-leonés o la oveja castellana negra
Geomorfología
Desde el punto de vista morfológico, los Arribes del Duero se constituyen.en una penillanura evolucionada, puesto que desde el Mesozoico a la actualidad han actuado los fenómenos erosivos, arrasando esta zona emergida, hasta hacer aflorar los materiales del zócalo paleozoico, constituido esencialmente por rocas graníticas y metamórficas. Destacar en esta penillanura el accidente topográfico producido por el profundo encajamiento del río Duero y su red de afluentes (Huebra, Tormes, Agüeda, Uces y Esla) que siguiendo antiguas fallas y fracturas de las rocas existentes han labrado gargantas de paredes subverticales de varios centenares de metros de profundidad.
Paisaje
Espacio de un gran valor paisajístico, donde contrasta la superficie de la llanura que posee una altitud bastante uniforme (750-800 m.) con los profundos cañones labrados por la red fluvial que pueden representar un desnivel respecto a la penillanura de 200 m. A este contraste altitudinal se une el vegetal, si la penillanura en muchas zonas aparece desprovista de vegetación, en el "arribe", gracias a sus peculiares características topográficas y climáticas, unido a la acción del hombre que ha abancalado las laderas, es posible ver cultivos mediterráneos impropios de esta latitud.

Para leer más:
http://www.losarribesdelduero.com/

http://www.arribes.net/

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