Un
día del invierno de 1944, menos de seis meses antes del día “D”, en el que el
ejército aliado desembarcase en masa en las playas de Normandía, iniciado la
reconquista de la Europa ocupada por las tropas nazis, Dwight D. Eisenhower,
comandante en jefe del desembarco y de todas las tropas aliadas, se reunía con
Noel Wild, quien estaba al mando de la operación de engaño organizada para
hacer creer a los alemanes que el desembarco aliado sería en Calais y le hacía
la siguiente petición:
“Solo te pido que me quites de encima el
XV ejército (alemán) los dos primeros días. Nada más”.
Ese
era el tiempo que pensaban que sería necesario para consolidar las cabezas de
playa en Normandía. Ciertamente, lo que los alemanes tenían estacionado allí no
era poca cosa: los ejércitos 15 y 70, que disponían de 56 divisiones, 10 de
ellas Panzer acorazadas y 4 divisiones SS, cubriendo la costa atlántica
francesa y belga, principalmente en el sector de Calais.
Estas
fuerzas eran suficientes para frenar la invasión, e incluso para destrozar a
las unidades aliadas, si las unidades alemanas acudían a Normandía. Para
mantener las tropas alemanas lejos de Normandía, necesitaban un señuelo, un
engaño que les hiciera creer que el desembarco no sería en Normandía. Para
hacer eso, se diseñó un plan de desinformación militar estratégica de
dimensiones hasta ese momento desconocidas que recibió el nombre de “Operación
Fortaleza”. Este plan contaba con el despliegue de un ejército fantasma que
desembarcaría en Calais y un minucioso trabajo de espías y agentes dobles. De
todos ellos, el que jugó un papel más decisivo fue un español llamado Juan
Pujol, conocido en clave como Garbo, que fue capaz de ganarse la confianza
total de los servicios de inteligencia alemanes para, llegado el momento,
influir en la toma de decisiones de Hitler y su Alto Estado Mayor de manera
determinante.
Juan
Pujol García, nació en Barcelona el 14 de febrero de 1912. Fue hijo de un
industrial catalán que luchó con las tropas nacionales durante la Guerra Civil.
Desarrolló un gran odio tanto a los comunistas como a los alemanes como
causantes de la Guerra Civil, pensaba que sólo con la victoria Aliada podía
España liberarse de Franco y la infuencia de Alemania.
Ofreció
sus servicios a los británicos, pero inicialmente fue rechazado y por tanto
optó por ofrecerse como agente a la Abwehr alemana, que dirigía el Almirante
Canaris, para desde dentro, ayudar a los aliados. Partió de Madrid en 1941 con
dirección a Lisboa portando material para trabajar al servicio nazi, como
listas de preguntas, dinero y direcciones donde hospedarse. Realizó muchos
esfuerzos por comunicarse con la inteligencia británica, pero no lo logró.
Mientras tanto, les comunicó a los alemanes que había llegado a Londres y desde
Julio de 1941 escribió y envió a la Abwehr, informes acerca de asuntos navales
británicos.
En
1942, Pujol aún estaba en Lisboa, pero finalmente entró en contacto con
oficiales de inteligencia del MI5 y se ofreció como agente doble. Pese a las
reticencias de los mandos británicos, finalmente llegaron a un acuerdo, y Pujol
paso a ser agente doble al servicio británico, llegando a Londres en abril de
1942, donde permaneció hasta el fin de la guerra. Su esposa e hijo se reunieron
con él en la capital inglesa.
Pujol
recibió el nombre en clave "Bovril", pero fue cambiado a Garbo por
sus superiores, que lo consideraban "el mejor actor del mundo", y por
tanto digno de compararse con la estrella de cine Greta Garbo. El nombre en
clave de Pujol para la Abwehr era "Rufus".
Una
vez en Londres, estableció una red ficticia de agentes para continuar engañando
a los alemanes. Le dijo a la Abwehr que tenía 14 agentes y 11 contactos muy
importantes. También "se asignó" un lugarteniente, un operador de
radio suplente y varios ayudantes en toda Gran Bretaña. Entre los agentes,
Garbo inventó la personalidad de un piloto alcohólico de la RAF y un lingüista
del servicio de inteligencia que odiaba a los comunistas.
Uno
de los agentes imaginarios de Garbo se llamó "Wren" forma como se
llamaba a las mujeres miembros de la WRNS (Women's Royal Naval Service o
Mujeres del Real Servicio Naval). Garbo le informó a la Abwehr que Wren había
sido enviada al Cuartel General del Teatro de Guerra del Sureste Asiático en
Ceilán, desde donde ella le enviaría los informes para ser transmitidos a la
Abwehr. Los alemanes a su vez pasarían esa información a la embajada japonesa
en Berlín, que a su vez la retransmitiría a Tokio.
Los
alemanes estaban encantados con las informaciones que Garbo les enviaba. Aunque
en la mayoría de los casos, las informaciones carecían de relevancia y cuando
lo hacía llegaban tarde, para que no fuese de utilidad. Esto fue lo que ocurrió
con el desembarco en África por las tropas aliadas, lo que fue la operación
“Torch” , realizada el 8 de noviembre de 1942. La información era correcta pero
llegó tarde. Esto fue debido a que las informaciones se trasmitían por correo
desde Londres a Lisboa y desde allí a Berlín. Esto hacía que lo único que tenía
que hacer Garbo era enviar la información unos días antes, sabiendo que no
llegaría a tiempo. No obstante, tras lo ocurrido con la operación Torch, los
mandos alemanes decidieron sustituir el envío por correo por envíos por radio.
La
actividad de Garbo llegó a ser tan creible que los mandos alemanes llegaron a
revelar los nombres de varios agentes alemanes infiltrados en la inteligencia
británica, lo que ayudo a capturar a varios de ellos, así como pagar por sus
servicios la suma de 340.000 dólares para los gastos que ocasionaba su red de
espías. Y no contentos con eso, le llegaron a condecorar con la Cruz de Hierro
en 1944, el mismo año que Inglaterra le condecoraba con la Orden del Imperio
Británica, esta vez si, por un trabajo bien hecho.
Sin
embargo, su gran obra estaba por llegar. Se preparaba la invasión de Europa. El
mayor desembarco de la historia se produciría en las playas de Normandía. Pero
los alemanes habían fortificado toda la costa francesa. Rommel había construido
la muralla Atlántica, una red de fortificaciones que hacía que unas pocas
tropas fueran suficientes para frenar un gran ejército. Además, habían colocado
un número de fuerzas suficientes tras ella. Los aliados necesitaban que los
alemanes no enviasen a todas las tropas que defendían la muralla a Normandía,
porque de ser así la operación fracasaría. Para ello se organizó una operación
de engaño en la que participaron un número importante de espías, así como la
inteligencia británica. Pujol fue el espía más activo. Convenció a los alemanes
de que las fuerzas aliadas disponían de 77 divisiones y de 19 brigadas en la
costa sur de Inglaterra, es decir, un 50% más que la realidad. Para dar credibilidad
a la idea de un desembarco en el norte de Francia, los británicos hicieron
flotar frente a las costas de Dover barcazas de concreto, construyeron puertos
de cartón-piedra y tanques de caucho.
La
estrategia alemana estuvo basada en el desembarco en el Paso de Calais, puesto
que Garbo les convenció que el desplazamiento de tropas en Normandía era sólo
una operación de distracción. El Ejército de Patton, que sólo existía en el
papel, pensaron los alemanes que desembarcaría en Calais. La operación fue un
éxito y los alemanes tardaron varias horas en darse cuenta del engaño. Lo
suficiente para que los aliados consolidaran las cabezas de playa y los
alemanes ya no les pudieran echar al agua.
Después
de Normandía y a pesar de todo, los alemanes siguieron confiando en los
informes de Garbo. Uno de los comunicados que envió, daba cuenta de un enorme
depósito de armas en el sur de Londres, que se intercomunicaba por medio de un
tren subterráneo.
Después
de la guerra, Pujol vivió con nombre ficticio en Venezuela durante 40 años. Con
la ayuda de Nigel West escribió un libro titulado "El Espía del
Siglo" donde relata todas las peripecias de su vida como espía.

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