martes, 16 de mayo de 2017

El asedio de Cartagena de Indias

En 1713, el Tratado de Utrecht ponía fin a la guerra de sucesión española, confirmando en el trono español a Felipe de Anjou, como Felipe V. Esto suponía la derrota de las aspiraciones inglesas y holandesas que querían colocar en el trono al aspirante austriaco, el archiduque Carlos. Sin embargo, esto no supuso el fin de los enfrentamientos entre España e Inglaterra. De hecho, los corsarios ingleses seguían hostigando las costas americanas, lo que suponía un problema para las posesiones españolas allí. En este marco tuvo lugar una de las mayores humillaciones militares en la historia de Gran Bretaña a manos del almirante Blas de Lezo.
Blas de Lezo y Olavarrieta (1689-1741) fue uno de los mayores estrategas de la historia militar española. Tras haber servido valerosamente durante toda la guerra de sucesión y después en numerosas campañas tanto en América como en el Mediterráneo, había atesorado un sinfín de victorias, pero también había perdido un ojo, un antebrazo y una pierna, de ahí su apodo de mediohombre.
En 1737, fue nombrado comandante general de Cartagena de Indias. En 1741, la corona inglesa formó una flota con la intención de conquistar Cartagena, llave del Caribe, y de ahí realizar una conquista en cadena de todas las posesiones españolas. Para ello se formó una flota con 186 barcos con 2.000 cañones, 23.600 hombres y 4.000 reclutas de Virginia. Era la flota más grande jamás formada, con 60 barcos más que la Armada Invencible de Felipe II. Para defender la plaza, Blas de Lezo, contaba con 6 barcos, 3.000 hombres entre tropa regular, tripulación de los 6 barcos, y 600 indios traídos del interior. Los ingleses estaban tan convencidos de la victoria que emitieron monedas y medallas en su honor. Tras la derrota, el rey inglés, Jorge II, prohibió hablar o escribir sobre ello. Tras su victoria, Blas de Lezo dijo:
…Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir…
En su honor, la armada posee siempre un barco en servicio con su nombre. Actualmente es una fragata de la clase Álvaro de Bazán. Hay una placa en su honor en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz). Hay calles en su honor en Madrid, Alicante, gran Canaria, Cartagena de Indias, etc. hay una estatua suya frente al baluarte de San Felipe. Así como numerosos homenajes más.

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