Cuando
las tropas alemanas completaron la ocupación de Polonia de una forma en que
sorprendió a todo el mundo, estaba claro que antes o después, su maquinaria de
guerra se lanzaría contra su frontera occidental. No en vano, cumpliendo su
política de alianzas, tanto Francia como Inglaterra, le habían declarado la
guerra cuando Hitler éste invadió el territorio polaco.
Los
países llevaban tiempo preparándose. Los franceses se habían protegido tras su
línea Maginot. Un formidable conjunto de defensas que comprendía toda la
frontera que les separaba de Alemania. Se intentó que la línea defensiva
llegara hasta el mar, sin embargo, los belgas se negaron.
Bélgica
era un país neutral y no consideró adecuado participar en una política
coordinada de defensa. Ellos, por su parte, prefirieron usar lo que llamaron el
concepto de "campo de batalla organizado" estas serian áreas batidas
desde diferentes puntos, con lo cual el enemigo seria destruido antes de
penetrar el perímetro de defensa.
La
joya de su sistema de defensa era el fuerte de Eben Emael. De forma de
diamante, Eben Emael medía 1.092 metros de norte a sur, y 728 metros en su
punto más ancho. Era una posición de artillería reforzada que dominaba el país.
Su misión consistía en proteger Vise Gap al sur, la red de carreteras y puentes
en el norte, el Canal Albert al este, y finalmente, si era necesario, Bélgica
al oeste. Para la defensa externa fue construida una zanja de agua en el
noroeste y una cuneta antitanque de 20 pies de altura en el sur. Posiciones
antiaéreas, emplazamientos de ametralladoras y blocaos completaban la
aparentemente impenetrable fortaleza.
Para
poder llevar cabo su invasión de Francia, Hitler necesitaba encontrar los
puentes belgas intactos para poder trasladar sus tropas a la velocidad
necesaria para desarrollar su guerra relámpago. Y para eso, necesitaba
conquistar el fuerte de Eben Emael antes de que se diera la orden de destruir
los puentes. De hecho esa era la orden, en caso de peligro, se debía destruir
los puentes para impedir el avance alemán el tiempo necesario para que las
tropas aliadas pudieran organizar la defensa de Bélgica. Y eso era un problema,
porque en aras de mantener su neutralidad, Bélgica había impedido que se
situaran en su territorio las tropas aliadas, lo que hacía necesario que en
caso de ataque alemán, las defensas de Eben Emael, debían resistir el tiempo
necesario. Sin embargo, el fuerte, había ganado fama de inexpugnable, y los
belgas se creían tranquilos tras él.
Hitler
también tenía miedo de su fama y se decidió a preparar su conquista con todo
detalle. El 27 de octubre de 1939 el general Kurt Student, comandante de la 7ª
División Aerotransportada, acudió a Berlín a la llamada de Hitler. Señalando un
fuerte belga en un mapa, Hitler le hizo la siguiente descripción: “La cubierta
es como un campo de hierba. Tiene algunas fortificaciones de superficie,
cúpulas de cañones de artillería pesada, casamatas y algunas ametralladoras”.
Hitler le preguntó a Student si los planeadores podían aterrizar sobre la
cubierta del fuerte con una fuerza que pudiera asaltar la fortificación y
utilizar la nueva carga hueca. Esta carga hueca era una innovación, un
mecanismo capaz de destruir cualquier armamento militar conocido, fuese de
acero o cemento. A las 48 horas de este encuentro se cursó la orden de ataque
para neutralizar el Fuerte Eben Emael. Su nombre en clave, Granito.
Hitler
y Student llegaron pronto a la conclusión de que la misión no podía llevarse a
cabo mediante fuerzas aerotransportadas. Había varias razones para ello: el
avión de transporte JU-52 sólo podía llevar 12 paracaidistas equipados con
armas ligeras con una limitada capacidad de demolición. Además, el típico
lanzamiento de paracaidistas llevaría tres minutos por avión y esparciría a los
saltadores sobre un área de 300 yardas (273 metros). Y si hacía falta equipo
adicional, éste debía lanzarse usando el sistema de contenedores; los soldados
tendrían entonces que localizarlos y retirar su equipo antes de poder comenzar
la misión, lo que retrasaría mucho más la operación. En resumen, se necesitaba
la máxima precisión para un aterrizaje en lo alto del fuerte y dotar a las
tropas con el equipo necesario para neutralizar las cúpulas, casamatas y
bloques antes de que los defensores belgas pudieran destruir los puentes,
precisión que no se podría conseguir con fuerzas aerotransportadas.
En
cambio, el planeador DFS 230, llevando 10 hombres y una carga de equipo que no
excediera de 4.608 libras, podía aterrizar silenciosamente dentro de los
sesenta pies del objetivo. El 2 de noviembre de 1939, Student escogió al
capitán S. A. Koch y su 1ª Compañía del 1º Fliegerjäger Regiment de la 7ª
División Aerotransportada para la misión. Tras re-denominar a la unidad
Sturmabteilung Koch, se la trasladó para entrenamiento a Hildesheim.
Durante
los seis meses siguientes Koch entrenó aisladamente, mientras Witzig estudió
todo detalle de la operación sin dejar nada de lado. En marzo de 1940 los
pilotos ya eran capaces de despegar de noche en pequeñas formaciones de dos o
tres planeadores y aterrizar en aeródromos desconocidos a 15-30 pies de su
objetivo. Witzig llevó el entrenamiento de los planeadores un paso más allá e
incorporó los pilotos a la sección de asalto. Pronto estuvieron en disposición
de emplear cualquier arma de la sección. Se levantaron a escala sitios que eran
réplicas del tamaño y las distancias entre objetivos utilizando fotografías
aéreas. Los miembros de los pelotones fueron enviados a escuelas de demolición
con el propósito de comprender cómo destruir la artillería y el equipo
antiaéreo del ejército belga. También estudiaron cómo se construyeron los
fuertes mediante entrevistas con ingenieros y contratistas. En febrero de 1940
la sección fue a Checoslovaquia y más tarde a Polonia para aprender a destruir
casamatas y cúpulas y capturar fortificaciones.
Durante
los seis meses de entrenamiento sólo hubo dos aspectos de la operación que no
se ensayaron: el despegue completo de planeadores de todo el Sturmabteilung
Koch y el uso de la carga hueca. Hitler no quería que pudiera descubrirse esta
secreta arma; sólo Witzig vio cómo se detonaba antes de la misión. Ya todo
estaba listo y los hombres sólo esperaban ansiosos la orden de ataque, nombre
en clave Danzig.
Todos
los hombres que iban a participar en la operación fueron obligados a firmar la
siguiente declaración: “Estoy enterado de que me arriesgaré a una
sentencia de muerte si, consciente o inconscientemente, hago saber a otra
persona por obra o palabra cualquier cosa relativa a la base en la cual estoy
sirviendo” . La seguridad se llevó a tal extremo que dos soldados de
la Luftwaffe que curioseaban el día anterior al comienzo de la operación en las
cercanías de la base fueron arrestados y aislados hasta que terminó la
operación.
Y
la orden de ataque llegó el 9 de mayo de 1940. A las 04:50 horas, los 42
planeadores fueron aerotransportados y conducidos hasta la frontera holandesa.
Dentro
de Eben Emael, se recibió la orden de alerta por movimiento de tropas alemanas
en la frontera. Las defensas se pusieron en alerta y se prepararon para un
posible ataque. A las 05:00 horas del 10 de mayo llegaron nuevos informes que
reportaban la presencia de aviones no identificados aunque no se escuchaban
ruidos de motores. Tras escuchar esos informes, el mayor Jottrand, comandante
del fuerte ordenó volar el Puente de Canne. Los puentes de Vroenhoven o
Veldwezelt eran responsabilidad del comandante Giedelo del regimiento
estacionada en Lanaeken, Bélgica, y por tanto nunca fueron dadas las órdenes de
volarlos. A medida que se acercaba el amanecer, los defensores belgas fueron
capaces de reconocer los aviones como planeadores. El personal del puente de
Canne informó que había volado el puente y que estaba siendo atacado. Los
cañoneros antiaéreos del fuerte informaron de “aviones con los motores
bloqueados” en el sitio. Los cañoneros preguntaron a su comandante qué debían
hacer, y éste respondió: “disparen solamente si pueden identificarlos como
enemigos”. Pero como los planeadores no llevaban ningún distintivo, no se
realizó ningún disparo hasta que estuvieron a unos 200-300 metros. Una
ametralladora se atascó y las otras tres sólo fueron capaces de disparar sus
correas de entrada de 40 a 50 disparos antes de que se atascasen. El Fuerte
Eben Emael tenía siete cañones antiaéreos autorizados, pero sólo cuatro estaban
posicionados en cubierta. La localización de los otros tres sigue siendo un
misterio. A las 05:25 horas del 10 de mayo de 1940 el primer planeador aterrizó
en la cubierta del Fuerte Eben Emael.
Sorprendidos,
los belgas se defendieron de manera heroica mientras los planeadores iban
llegando uno tras otro. Sus cargas huecas, destrozaban las fortificaciones
belgas. Finalmente, A las 12:27 horas del 11 de mayo de 1940, el Fuerte Eben
Emael fue oficialmente rendido al coronel Melzer, comandante del 151º RI.
Eben
Emael había resistido durante 36 horas, 700 hombres atacados por 62. Los belgas
perdieron 23 bravos soldados y tuvieron 59 heridos. La sección de Witzig tuvo 6
muertos y 15 heridos. Hitler entregó a cada oficial la Cruz de Caballero, y a
cada soldado la Cruz de Hierro.
Tras
la caída del fuerte, la historia es conocida Francia fue arrasada por las
tropas alemanas y la guerra siguió. Hoy en día, gran parte del fuerte sigue en
pie y se puede visitar, representando un ejemplo de la barbarie de la guerra.
Para
leer mas:
http://www.panzertruppen.org/ww2/1940/ebenemael.html
http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=850
http://es.wikipedia.org/wiki/Fuerte_Eben-Emael
http://www.fort-eben-emael.be/nl/

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