viernes, 24 de marzo de 2017

La increíble historia del hombre que vivió 256 años

Un 3 de mayo de 1677, en la localidad de Sinchuan, en China, nacía Li Ching Yuen, el hombre que más años ha vivido en la historia de la humanidad, nada menos que 256 años, hasta el 6 de mayo de 1933, el día en que murió. Otras fuentes dicen que realmente nació en 1736 y que su nombre se pasó de padre a hijos y nietos, confundiéndose en una misma persona. Cualquiera de las dos versiones nos coloca ante el hombre más longevo de la historia.
El hecho lo presentó el día en que murió Li Ching Tuen al New York Times el profesor Wu Chung-Chieh, decano de la facultad de magisterio de la Universidad de Chengdu en 1933. Presentó al periódico los registros Imperiales del Gobierno de China en los que aparecían dos felicitaciones del emperador a Li Ching Yuen en 1827 por su 150 cumpleaños y una posterior a los 200 años
Pero ya antes de presentar los documentos, en 1928, un corresponsal del periódico en China, escribió unartículo en el que relataba que había oído a varios ancianos relatar cómo ya sus abuelos contaban que ya habían conocido a Ching Yuen siendo niños ellos y siendo él ya un adulto. Parece que en los registros figura cómo sobre vivió a 23 esposas y tuvo más de 200 hijos
Parece que Ching Yuen en su juventud había recorrido toda China recolectando hierbas medicinales. A los 10 años inició una dieta a base de hierbas y vino de arroz, así como ginseng y Centella Asiática, una planta poco conocida pero que en la actualidad se usa para recuperar la piel tras una herida en varios productos, uno de los más conocidos es la Blastoestimulina, y así estuvo hasta los 100 años. También comenzó a practicar la alquimia interna, que consiste en ingerir estos ingredientes y después hacer ejercicio para que se produzca la reacción química adecuada para que lo absorba el cuerpo. Durante décadas vivió en el templo taoísta de Yu Qing del monte Lao Shan, plenamente dedicado al taoísmo. No dormía nada por la noche, entregado a sus ejercicios espirituales.
Toda su vida tuvo complexión delgada y fuerte, y una gran capacidad mental. Cuando tenía 71 años se trasladó a Kai Xian para unirse al ejército chino como un maestro del arte marcial y como un asesor táctico. Durante su vida ejerció como instructor de artes marciales y experto boticario, sin olvidar su auténtica pasión: la recolección de hierbas, actividad que acentuó cuando se retiró a las montañas del Tíbet.
Li Ching Yuen falleció en su casa, de causas naturales. El 6 de mayo de 1933, el New York Times, el medio que se había interesado en su historia, publicó una esquela en su honor, mencionando que había vivido 256 años.
En un artículo publicado en una página del mismo periódico, se informaba sobre su vida y se citaba la respuesta que tenía Li al secreto de su larga vida:
"Mantén un corazón tranquilo, siéntate como una tortuga, camina rápido como una paloma, y duerme como un perro".

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