La historia de la aviación ha ido estando jalonada por pruebas de competición, cuya meta ha sido la culminación de una tecnología acelerada. El famoso trofeo Schneider, por el que entre 1912 y 1931 compitieron hidroaviones de carreras, fue un acontecimiento que fomentó constantes esfuerzos para avanzar en ese dramático atributo de los aviones: la velocidad.
En 1927 el Reino Unido ganó la competición cuando el teniente S.N. Webster pilotó el Supermarine S5 de R.J. Mitchell a una velocidad record de 453,59 Km./h. Dos años más tarde el oficial de vuelo H.R.D. Waghorn llevó el Supermarine S6 a la victoria desde Ryde, en la isla de Wight a una velocidad de 528,88 Km./h. A Gran Bretaña sólo le faltaba ganar la competición en 1931 para llevarse directamente el codiciado trofeo, de acuerdo con las reglas.
El gobierno británico, debido a la situación económica, retiró su apoyo al equipo nacional de carreras en 1931. Pero Lady Houston se lanzó a la brecha aportando los fondos necesarios y la Royal Air Force High Speed Flight tuvo su base en Calshot, en Hampshire, junto a las aguas de Southampton. Entre la pequeña partida de pilotos que se agrupaban bajo el Wing Comander, para participar en el concurso, se encontraban los tenientes de vuelo, G.H. Stainforth y J.N. Bootham, ambos pilotos experimentados, que habían volado en la Marine Aircraft Experimental Stablishment, en Felixstowe.
Los hidroaviones S 6B, de los cuales dos, con nº de serie S1595 y S1596, iban preparados, no eran sino una evolución directa del S6 de 1929 que conservaban los soberbios motores Rolls-Roice de doce cilindros enfriados por agua. Con mejores carburantes y sobrecarga aumentada, la potencia de salida de aquellos motores había subido de 1.900 a 2.350 caballos de vapor.
Según se aproximaba el día de la competición, quedó claro que los participantes extranjeros no estarían preparados con tiempo. Italia se retiró, mientras que el concursante francés se estrelló cerca de Marsella, matándose el piloto y dando, por tanto, ventaja a Inglaterra. Fue Bootham quien el 29 de septiembre pilotó el S1595 a través de las siete etapas establecidas en la carrera, a una velocidad media de 547,31 Km./h. y fue declarado vencedor oficialmente, dando así por fin la victoria a Inglaterra. Esa misma tarde Stainforth estableció un nuevo record mundial absoluto, con los 610,05 Km./h., y algunos días más tarde lo elevó a 655,08 Km./h. Ambos pilotos fueron recompensados después, con la Air Force Cross. Como dijo Orlebar después:
“El mérito lo tiene el cerebro que lo concibió, no las manos que lo pilotaron, pero las manos se divirtieron mucho…”
John Nelson Bootham, nacido en el condado de Wicklow, en Irlanda, en febrero de 1901, se había incorporado a la RAF a primero de los años 20. Considerado como piloto excepcional, se le adscribió al Experimental Stablishment para vuelo y armamento de Martlesham Heath, que después se trasladó a Felixstowe. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial había ascendido a rango de Comandante de vuelo y en 1943 al de Comodoro de vuelo de la 106 escuadrilla de reconocimiento fotográfico en Benson, Oxfordshire. Pilotó el Spitfire High Speed, un avión que había sido preparado para sobrepasar, más adelante, el record mundial de velocidad en 1939, como su aparato personal. En él, Bootham realizó numerosas operaciones durante 1944, particularmente sobre la cabeza de playa de Normandía, por las que fue recompensado con la Cruz de Distinguished Flying. Por sus señaladas hazañas fue galardonado con numerosas condecoraciones extranjeras y, después de la guerra, con el título de Sir y como mariscal del aire Bootham llegó a comandante en jefe de la Coastal Comand de la RAF.
Para leer más:
http://en.wikipedia.org/wiki/John_Boothman
http://www.warbirdsforum.com/topic/2554-supermarine-high-speed-spitfire/
http://www.flyer.co.uk/aviation-news/newsfeed.php?artnum=1491
http://www.oxforddnb.com/templates/article.jsp?articleid=31971&back=&version=2008-05
No hay comentarios:
Publicar un comentario