jueves, 6 de julio de 2017

Palmares, el reinio de los esclavos de Brasil


Entre 1580 y 1694 existió en pleno corazón brasileño un territorio regido por esclavos negros huidos de sus amos portugueses en la colonia americana de Brasil. Fue necesario varios años de intentos fracasados y un gran esfuerzo para acabar con este oasis de libertad en pleno periodo de colonización americana.

La historia nace con la misma conquista y colonización del continente americano por las potencias ibéricas. En el reparto del Tratado de Tordesillas, España había salido mejor parada porque el meridiano por el que se partió el mundo dejaba prácticamente toda América para el disfrute hispánico. Pero Portugal puso mucho empeño en que la linea divisoria del mundo entre España y Portugal estuviese a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde, muchas leguas mas al oeste de la propuesta inicial española. Que casualidad que al llevar la linea tan al oeste, el pico quedo bajo dominio portugués, lo que mas adelante sería Brasil. Y que casualidad que la expedición de Pedro Álvarez Cabral que en 1500 se dirigía a la India, se apartó de su rumbo y giró a poniente, llegando a las costas de Brasil. Esto aun hoy es fuente de controversia porque podría indicar que Portugal conocía la existencia de Brasil antes de firmar el tratado de Tordesillas.

Lo cierto es que, igual que pasó con los dominios españoles, en los dominios portugueses, la llegada de nuevas enfermedades desconocidas para el sistema inmune de los nativos americanos, así como la misma acción colonizadora portuguesa, provocó una drástica caída demográfica entre los indígenas. A si que los colones se vieron en la necesidad de encontrar mano de obra para poder realizar los cultivos, sobre todo de palo brasil (principal cultivo durante los primeros años de la colonización y que dio nombre al país, una madera que tenía el centro de un color rojo intenso que se usaba en los tintes y con una madera muy dura que se usaba en muebles y navíos) y de azúcar después (entre 1660 y 1680 Brasil se convirtió en el mayor exportador del mundo de azúcar). Para ello descubrió que el uso de esclavos era una buena idea y a lo largo de la costa africana, poseía varias factorías donde había mucha facilidad para abastecerse de ellos (en muchos casos vendidos a los portugueses por los mismos jefes de tribus africanos que habían hecho prisioneros en incursiones militares a tribus vecinas). Así los esclavos negros empezaron a fluir con mucha facilidad a Brasil, en cantidad mucho mayor que a las posesiones españolas aunque ese es otro tema.

Las condiciones de los esclavos eran lógicamente muy malas, al punto de producirse desde el principio huidas y rebeliones. Las huidas eran tan frecuentes que se fueron formando bandeiras que eran grupos de hombres armados contratados para cazar a esclavos huidos. Los esclavos que lograban huir se refugiaban en zonas de difícil acceso y se organizaban en quilombos. Estos se organizaban con una estructura similar a la que tenían sus tribus en África y tenían un estatus mas alto los que antes de ser esclavos habían sido nobles o soldados, al los que se daba tierras y sirvientes. Los quilombos a su vez, se dividían en poblados llamados mocambos, gobernada cada una por un conjunto de jefes, quienes a su vez elegían un líder para toda la colectividad del quilombo. En estos quilombos eran frecuentes los ataques de bandeiras en busca de esclavos huidos. Sin embargo, con los años los habitantes de los quilombos tenían hijos y estos nacían sin conocer la esclavitud. Este ansia de libertad que tanto les había costado conquistar hacía que defendieran con fuerza el quilombo y que costara acabar con ellos.
El mayor de los quilombos fue el de Palmares, llamado así por las plantaciones de palmeras donde se creó. Los primeros registros del Quilombo de los Palmares son de 1580, pero el crecimiento de ese quilombo comenzó a darse cuando, debido a la unión dinástica de Portugal con los demás reinos españoles durante el reinado de Felipe II, el comercio de azúcar con los holandeses fue prohibido y éstos decidieron invadir el Nordeste brasileño, atacando Pernambuco desde 1630. Con la invasión, muchos esclavos aprovecharon para huir, mientras otros recibieron la promesa de liberación de las autoridades portuguesas en caso de luchar contra los invasores holandeses.

El quilombo se formó, en un principio, como un lugar de resistencia al invasor holandés, bajo el liderazgo de algunos ex esclavos con ciertas capacidades de liderazgo, hasta abarcar varios centenares de individuos. El Quilombo de los Palmares creció desde 1630 hasta el punto de extenderse desde el cabo de Santo Agostinho, en Pernambuco hasta el Rio São Francisco (en el actual límite del Estado de Bahía, con un área de casi 600,000 kilómetros cuadrados.

Después de la expulsión definitiva de los holandeses en 1654, los portugueses trajeron nuevos esclavos a Brasil para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar. Estos, cuando huían, se refugiaban en el Quilombo de los Palmares; a su vez, su crecimiento poblacional generó un numerosos grupo de jóvenes nacidos en el quilombo y que por tanto jamás habían conocido la esclavitud.

Los quilombolas (habitantes del quilombo) practicaban incursiones en las haciendas cercanas para liberar esclavos, de ambos sexos, que luego se refugiaban en Palmares, y también recoger armas (que serían utilizadas en la defensa de los quilombos). Así, las incursiones de los propietarios de plantaciones y de tropas portuguesas en busca de esos esclavos en el quilombo se hicieron frecuentes. Los quilombolas pudieron enfrentarse exitosamente a estos ataques gracias a su organización de lucha basada en guerrillas y en un amplio conocimiento de la escabrosa geografía del lugar, además de contar con algunas armas robadas en las haciendas.

Hacia 1670 asumió la jefatura de Palmares el famoso líder Ganga Zumba, hijo de una aristócrata de la región africana del Congo que había sido esclavizada por los portugueses en su tierra natal. Ganga Zumba no sólo rechazó los ataques portugueses sino que inclusive aumentó las incursiones de quilombolas a haciendas de colonos, como represalia. Bajo el mando de Ganga Zumba, Palmares había alcanzado su mayor población contando casi 20.000 habitantes entre negros, mestizos, algunos indios de confianza e incluso unos pocos blancos perseguidos por la autoridad colonial, llegando su territorio a abarcar su máxima extensión territorial entre el sur del actual Estado de Pernambuco y el norte de Alagoas. En esta época, la extensión del territorio y su difícil acceso para los portugueses les permitió a los ex esclavos no sólo dedicarse a la agricultura, sino inclusive a practicar la ganadería y el comercio en pequeña escala, vinculándose con otros asentamientos portugueses.

Para entonces los mocambos eran verdaderas aldeas fortificadas, con pesados muros de madera custodiados por centinelas y divididos en choupanas (cabañas) que albergaban a la población; el principal de los mocambos era Macaco, donde residía Ganga Zumba en una especie de palacio con tres esposas y numerosos servidores y administradores al igual que un monarca africano, funcionando Macaco como una "capital" oficiosa del Quilombo de Palmares.

El sobrino de Ganga Zumba, Zumbi dos Palmares (nacido tal vez en 1655 en Palmares) fue capturado aún joven por los portugueses para ser esclavo, pero más tarde, con unos 15 años de edad, Zumbi consiguió huir de nuevo y retornar al quilombo, donde rigió un mocambo denominado con su mismo nombre. Zumbi destacó tempranamente por sus dotes de liderazgo: cuando en 1675 un ataque portugués logró tomar un mocambo, Zumbi logró recuperar poco después dicha localidad con sus tropas, expulsando a los portugueses.

En 1676, el capitán portugués Fernão Carrillho lanzó una nueva ofensiva contra Palmares con cerca de 500 soldados, matando a unos doscientos quilombolas y capturando a dos hijos de Ganga Zumba, pero fracasó en su empeño de tomar el mocambo de Macaco, poblado ya por 11.000 quilombolas. En 1677, ante el fracaso de las nuevas expediciones portuguesas, Carrilho y el gobernador de Pernambuco ofrecieron un tratado de paz a los quilombolas, reconociendo la libertad de los nacidos en el quilombo y dándoles la posesión de algunas tierras poco fértiles en el valle de Cucaú (en la actual localidad pernambucana de Sirinhaém), siempre que aceptaran la autoridad del gobernador portugués.

La oferta provocó una gran división en el seno del quilombo, pues algunos quilombolas, liderados por Zumbi dos Palmares, rechazaron el ofrecimiento en tanto desconfiaban de someterse a la autoridad de los portugueses además de advertir que ello implicaba renunciar a sus costumbres típicas ya practicadas durante décadas en el quilombo. No obstante, Ganga Zumba aceptó la oferta de los portugueses para poner fin a los permanentes enfrentamientos, y se dirigió a Cucaú con numerosos seguidores, que se establecieron allí a mediados de 1678 viviendo en libertad. Esa división culminó con el envenenamiento de Ganga Zumba en 1680 por un partidario de Zumbi, y la toma del poder en Cucaú por su hermano Ganga Zona, aliado de los blancos portugueses.

Esta situación no puso fin al conflicto, y poco después de la muerte de Ganga Zumba la mayoría de los quilombolas volvió a Palmares, aceptando el liderazgo de Zumbi, en reconocimiento de su valor personal y combatividad.

Inicialmente Zumbi substituyó la táctica defensiva de guerrillas por una estrategia de ataques por sorpresa constantes a las plantaciones de caña, robando esclavos y apoderándose de armas y otros materiales que pudiesen ser útiles para la defensa del asentamiento, siendo reconocido desde 1680 como jefe único del quilombo.

Con el tiempo comenzó a desarrollarse un comercio más amplio entre quilombolas y colonos portugueses, de tal forma que estos últimos llegaron a arrendar tierras para plantar y cambiar alimentos por municiones y armas con los quilombolas. A Zumbi se le atribuye una gran inteligencia y habilidad para guiar a su pueblo, tanto en el frente de batalla como en la administración del quilombo, pero su ruptura del acuerdo de Ganga Zumba con los portugueses y su negativa a recibir mensajes de éstos causó que éstos cambiaran su táctica y dedicaran sus esfuerzos a la destrucción total del quilombo.

Después de varios ataques relativamente poco fructíferos contra el Quilombo de los Palmares, el gobernador de la Capitanía de Pernambuco, Caetano de Melo e Castro, contrató en 1693 al experimentado bandeirante paulista Domingos Jorge Velho y a su capitán Bernardo Vieira de Melo, para terminar de golpe la amenaza de los esclavos fugitivos en la región, destruyendo el quilombo. Incluso un veterano soldado como Domingos Jorge Velho tuvo grandes dificultades iniciales para vencer las tácticas de los quilombolas, más elaboradas que la de los indios contra los cuales habían luchado los bandeirantes hasta entonces. También encontró problemas para hacerse con las simpatías de los colonos y hacendados de la región, que sufrieron algunas veces el saqueo a manos de sus tropas de bandeirantes.

En enero de 1694 empezó la campaña portuguesa final contra Palmares, con una tropa formada por milicias bandeirantes mucho más experimentadas que las anteriores, además que el contacto comercial de Palmares con los establecimientos portugueses hacía cada vez menos difícil conocer detalles sobre la organización y defensas del quilombo. Tras una rápida marcha, las tropas bandeirantes atacan directamente el mocambo de Macaco, la "capital" del quilombo, y tras destruir toda resistencia de los quilombolas los bandeirantes entran en Macaco el 6 de febrero de 1694, destruyendo la localidad y matando o esclavizando a los quilombolas que pudieron hallar.

Pese al desastre, Zumbi dos Palmares logró huir de Macaco y dirigió la resistencia desde los otros mocambos, los cuales son destruidos paulatinamente por los portugueses a lo largo del año 1694. En 1695 Zumbi se ve obligado a limitar sus tácticas a la simple lucha de guerrillas en torno a algunas pequeñas comunidades, pero es traicionado por uno de sus antiguos compañeros, y muere emboscado por tropas portuguesas el 20 de noviembre de 1695. Zumbi fue decapitado y su cabeza expuesta como un trofeo en Recife.

La resistencia de los quilombolas de Palmares continuó después durante algunos años, con pequeños focos de guerrilla, pero sin alcanzar de nuevo el nivel de organización y poderío que poseía en 1694, siendo que el territorio de los quilombolas sobrevivientes se limitaba a zonas muy apartadas. En 1710, los últimos asentamientos de ex esclavos fueron tomados y destruidos completamente por tropas de colonos portugueses.

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